Pues ha sucedido algo. Voy al Café de la Paix y leo el periódico.
Monsieur Chautemps ha escrito en L’Écho de Paris que mantener la torre Eiffel cuesta 450.000 francos anuales a los franceses, y que con esta cantidad se podrían construir dos escuelas comunales completas con mobiliario incluido, o quince kilómetros de vía férrea secundaria. Parece que la torrecita se ha convertido en un verdadero engorro… Bien. A ver. Pausa. Un asomo refulgente de idea genial acaba de apoderarse de mí. Una calada. Un sorbito de café. Contemplo el muslo redondeado de aquella muchachita… Cómo se mueve… Cómo se aleja… Pienso… ¡Ah, lo tengo! ¡Vender la torre Eiffel!